Descripción
Hombre de Palo
Hombre de Palo es un perfume robustamente herbal, amaderado, resinoso, metálico y animálico. Su punto verde-herbal proviene de su entrada del Tomillo y de su base de Musgo de Roble. El Tomillo posee un olor herbal intenso que evoca el aroma a sierra mediterránea, con matices picantes y notas de clavo de olor, alcanfor y menta. En cambio, la nota de Musgo de Roble evoca un olor verde del bosque con sus notas terrosas, húmedas y saladas. El Musgo de Roble se trata de un liquen (una simbiosis entre un hongo y un alga).
El punto amaderado de Hombre de Palo proviene de varios tipos de maderas. El Hinoki, Cedro de Atlas, la Madera de Roble y Palo de Rosa. El Hinoki en Japón significa cedro blanco y tiene un aroma amaderado con tonos alimonados. Su maravilloso aroma es fantástico para elevar la conciencia espiritual y las emociones. En la antigüedad el Hinoki era utilizado para refrescar el alma, tranquilizar la mente y relajar el cuerpo. Cedro del Atlas es una madera cálida, dulce, balsámico, ligeramente floral, rico, complejo. El Cedro siempre produce un aroma que recuerda al exterior y los aromas de la Madera de Roble están marcados por aromas de vainilla, clavo de olor, coco, especias y cueros, así como de notas terrosas y vegetales. El Palo de Rosa ofrece Hombre de Palo un aroma vivo, cítrico con un punto ahumado. Por último, la Geosmina nos ofrece un olor a petricor (olor a tierra mojada) y el Costus nos brinda esa nota animálica que se asemeja al olor a cabra que tanto nos recuerda al olor de los caballos que siempre participan en el Corpus Christi y a aquellos aromas característicos de la Edad Media.
El perfume Hombre de Palo es una representación olfativa de una fusión entre la figura del Hombre de Palo y el Corpus de Toledo.
En una de las calles más céntricas de Toledo y visitada por turistas de todo el mundo hay una calle con un nombre muy curioso: Hombre de Palo. El nombre de la calle se debe a un curioso autómata de 40 centímetros de altura y dotado de sofisticados mecanismos de relojería. Fue el primer autómata y fue construido en el Siglo XVI. El autómata representaba a un monje franciscano que caminaba en varias direcciones, movía la cabeza y los ojos, abría la boca y movía los brazos haciendo el gesto de imponer el crucifijo que pedía limosna para su creador a cambio de verle moverse. El Hombre del Palo fue un invento de Juanelo Turriano.
Juanelo Turriano era el ingeniero, arquitecto, relojero real de Felipe II y se construyó en la época en que Toledo era capital de España. A través de esta misma calle, discurre gran parte de la procesión del Corpus Christi que se celebra desde 1247 y que siempre desprende los aromas como la mirra, el tomillo, el romero y la madera.